Desde que Sergio Agüero y Diego Forlán están siendo una de las mejores delanteras de Europa, siempre se ha temido desde el entorno rojiblanco y desde la afición, que a estos dos les pase algo. Pero no solo hablamos de una lesión, que es lo más temible, si no que durante la temporada se producen sanciones, partidos internacionales con sus países e incluso deben y tienen que descansar, por lo que es necesario que haya alternativas.
Pues bien, otros años en cuanto uno de estos dos no jugaba el Atlético pasaba muchos problemas para ganar partidos y puntos, es más sus probabilidades de derrota aumentan exponencialmente. La sensación que da el equipo cuando uno de estos dos “cracks” no juegan en el equipo es como si se cayese un castillo de naipes, es decir el “temible efecto dominó colchonero”.
Sin embargo, este año la dirección deportiva ha dado con la tecla al quedarse con Diego Costa tras su periplo por otros equipos como el Celta y el Valladolid Y es que el brasileño ha convencido, y de qué manera, a Quique hasta llegar a manifestar que le quería a toda costa y que se quedaba con él mucho antes que con el joven Salvio.
La pretemporada de Diego ha sido muy buena. Es un jugador que aporta mucho. Tiene gol, maneja bien la pelota, hace pases y cosas imposibles y encima protege perfectamente la pelota de espaldas como si fuera una pared humana que devuelve con ventaja el esférico a sus compañeros. Todas estas cualidades, jugando con jugadores de la talla mundial como el Kun y el uruguayo, aumentan considerablemente.
Este año Quique tiene mucho delantero y mucho jugador en la figura del carioca Diego Costa. Y no nos olvidemos que hacia noviembre, a más tardar, el técnico también podrá contar con la joya de la corona de la cantera rojiblanca: el goleador Borja, la nueva esperanza colchonera.
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