miércoles, 18 de agosto de 2010

El Sevilla se deja los deberes para casa

El preparador de los andaluces, Antonio Álvarez puso en liza a su once de gala en el se incluía un Luis Fabiano que, de este modo, decía adiós a sus últimas posibilidades de ser fichado esta temporada por otro equipo. Y los sevillistas dejaron clara bien pronto su jerarquía, cuando a poco de arrancar el choque Luis Fabiano mandaba a la madera un centro medido de Jesús Navas desde su banda.

Por su parte, los lusos se aplicaron con cierta contundencia, en un intento de retener el control del balón, aunque lo cierto es que la posesión del esférico se decantaba cada vez más en favor del Sevilla a medida que pasaba el tiempo. Sin embargo, el cuadro hispalense, aun mandando en el partido, no creaba ocasiones de auténtico peligro ante un rival que apenas se asomaba por los dominios de Palop.

Pero el discurrir de los minutos hizo perder la paciencia al Sevilla, que intentaba siempre penetrar por la derecha, en busca de ese primer gol que abriera la ''lata'' portuguesa, y sin que Capel explotara sus recursos por la izquierda. Y no es que el Sporting, un equipo basado en el bloque y sin estrellas, por más que le metiera tres goles a todo un histórico europeo como el Celtic en la anterior eliminatoria, asustara ni mucho menos.

Sin embargo, y como suele pasar en el fútbol, la mejor ocasión de la primera parte se produjo en el único tiro a puerta de los locales, aunque entonces apareció Palop, para solventar en el mano a mano con Matheus justo al filo del descanso.

La segunda mitad se inició con un disparo de Navas que se fue afuera por poco. La tónica era la misma, pero entonces el técnico del Sporting, el que fuera jugador tinerfeñista Domingos Paciencia, tiró de ambición y metió otro delantero, Lima, en un anticipo de que los portugueses querían gol.

Y lo tuvieron. Porque un balón colgado al área desde la diestra fue cabeceado por Paulo César. Palop desvió con la manopla, pero el valenciano no pudo hacer nada en el rechace, enviado al fondo por Matheus. La respuesta de Álvarez fue meter a Perotti en detrimento del desaparecido Capel. Pero el partido tenía ahora otro color, con un Sevilla ''tocado'', al que Palop salvó (min. 70) del 2-0 en una jugada personal de Leandro Salino.

El Sporting aprovechaba ahora la permeabilidad de la medular sevillana mientras que arriba el recién entrado Negredo tampoco mejoraba la capacidad ofensiva de su equipo. Así las cosas, el Sporting supo manejar el reloj y todavía tuvo tiempo de mandar un tiro al travesaño antes de alcanzar el final con un resultado que le pone en ventaja para su visita del próximo martes al Sánchez Pizjuán.

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