De las tres Ligas consecutivas que ya enlaza el técnico del Barça, el hecho de tener a Mourinho como rival en el Madrid, no ha sido un problema. Florentino Pérez fichó a José Mourinho por una sola razón: romper la hegemonía del Barcelona.
Esto se ha conseguido a medias, aunque para ser más exactos podría decirse que tan sólo se ha hecho en el 33%, ya que sólo han sido capaces de romperla en la final de Copa del Rey.
En las otras dos competiciones, el Real Madrid al menos ha competido hasta casi las últimas rondas contra su eterno rival. Semifinales de la Liga de Campeones y persiguiendo al Barça en Liga hasta tres jornadas para finalizar el campeonato.
No obstante, pese a que los de Guardiola cantaron el alirón en la 36ª jornada, el título ya estaba decidido desde hacía varias fechas, especialmente desde el empate en el Clásico del Bernabéu que mantuvo los ocho puntos de ventaja entre los dos rivales.
Pero si Mourinho vino a Madrid para ganar la Liga, además de no haberlo conseguido en su primera temporada, le ha puesto las cosas más fáciles al Barcelona que sus dos predecesores en el cargo.
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