Cuatro goles al primer toque y tres de ellos en carrera. La actuación de Cristiano Ronaldo ante el Racing es el más fiel ejemplo del lavado de cara y cuerpo que José Mourinho le ha dado al Real Madrid. La transformación radical del equipo blanco ha coincidido con la mutación de Cristiano, el único 'intocable' de su entrenador junto a Iker Casillas. Desde que físicamente se puso a tono, el Madrid sólo sabe golear.
En vísperas de la sexta jornada de Liga, cuando los merengues ya se habían dejado dos empates y apenas habían anotado seis goles, un osado se atrevió a preguntar al entrenador si el desacertado y 'egoísta' Cristiano era intocable o podía ser carne de banquillo, igual que Benzemá.
La respuesta del técnico despejó cualquier incógnita. "Los jugadores se hacen intocables con su trabajo durante la semana y los partidos. Y Cristiano lo es porque trabaja como nadie y representa los principios fundamentales. Ya marcará", avisó. Y vaticinó que algún rival pagaría con todas las ocasiones erradas.
Al final han resultado demasiados platos rotos para un solo contrincante . El Deportivo se llevó seis, la semana posterior el Málaga encajó cuatro goles y este sábado, los cántabros del Racing perdieron otros seis goles. Dieciséis goles en tres partidos, con dos dobletes de Cristiano y ese récord personal ante un auditorio del Bernabéu extasiado, entregado a la estrategia del técnico portugués.
No hay comentarios:
Publicar un comentario