El Real Madrid es verticalidad y pegada. Desde el primer minuto se vieron claras las intenciones de los blancos; no dejar el balón al Milan y sobre todo, circular la pelota con rapidez para agotar a los veteranos jugadores 'rossoneros'. Dicho y hecho. A los quince minutos de encuentro, el equipo de Mourinho ya ganaba por un cómodo 2-0.
Una falta en la frontal del área sobre Özil en el minuto doce fue ejecutada con picaresca por Ronaldo, que aprovechó un desliz de Ibrahimovic en la barrera milanista. Sin tiempo para que las televisiones emitieran la repetición, una cabalgada de Ronaldo por banda izquierda fue finalizada por Özil tras rebotar el balón en Bonera y despistar al portero Amelia.
Los dos goles y la salida de un espontáneo frenada con una entrada por detrás por la seguridad del Bernabéu fueron lo más reseñable de los primeros quince minutos. En los treinta restantes de la primera mitad, el Madrid abandonó el monopolio del balón y el partido se tornó en un 'correcalles'. La nueva modalidad de partido otorgó al Milán un larguero y un 'mano a mano' de Seedorf con Casillas.
Sin embargo también mostró las carencias defensivas de un equipo otoñal que no está para correr detrás de gente como Özil o Di María. Dos buenas paradas del ex portero del Livorno, Amelia, y un despeje de Gattuso corrigiendo un error suyo cuando Di María ya se disponía a hacer el tercero, salvaron al Milan de irse al descanso con un resultado aún peor.
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