José Mourinho es propenso a hacer enemigos aunque ni siquiera lo busque. El último capítulo polémico del entrenador del Real Madrid tuvo lugar en el descanso del partido de Copa del Rey Levante - Real Madrid (2-0), cuando el defensa levantino Sergio Ballesteros bajó al túnel de vestuarios e increpó al técnico madridista.
¿El motivo? Una supuesta provocación de Mourinho al Levante cuando antes de la primera media hora del partido mandó calentar a Pepe sin que ningún futbolista de su equipo estuviera lesionado o con molestias.
Las quejas del central se deben a que, supuestamente, Pepe se mofó de él y de sus compañeros en el partido de ida de la eliminatoria (en el que el Real Madrid goleó por 8 a 0 al equipo valenciano) y alinear al central portugués era una suerte de ofensa a su afición.
Así, Ballesteros, que ni siquiera estaba convocado para el partido, fue hacia el entrenador portugués con gritos de "respeto, respeto". Algunos medios apuntaron a que ambos habían llegado a las manos, pero el propio técnico, que dijo desconocer al defensa del Levante, lo desmintió de forma inmediata: "No sé ni quién era, sólo que gritaba, pero no me cogió del pecho".
El incidente no fue a más gracias a Silvino Louro, ayudante del portugués, que logró separarles cuando el defensa local intentaba zarandear a Mourinho.
Tras el incidente y poco antes de acabar el encuentro, buena parte de la afición del Levante se dedicó a insultar al preparador 'blando' bajo el lema "¡Mourinho muérete!".
Éste le quito importancia al feo gesto de cierto sector del Ciutat de Valencia y se limitó a decir que "es una cuestión de educación, nada más. Si yo veo a mi hijo hacer eso, simplemente no vuelve a entrar en un estadio. Si lo hace un amigo mío, no le vuelvo a hablar. Yo no puedo impedir que la gente haga lo que le dé la gana".
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