El Sporting de Gijón - Real Madrid no solo vivió de la bronca entre Mourinho y Preciado. Oculto entre la polémica de la semana, Cristiano Ronaldo volvió a protagonizar una acción controvertida. El luso provocó la expulsión de Botía tras una dura entrada. Tarjeta roja justa que llegó acompañada de los gestos del delantero. Harto de insultos y juego duro, CR7 empezó a hacer aspavientos. Desahogo para muchos, otros lo interpretaron como una clara provocación hacia el público.
El Molinón no tardó en reaccionar. Tras los primeros abucheos contra el árbitro, todo el estadio se acordó de la madre del ariete. Ellos sí que entendieron sus gestos como una forma de calentarles. Sea de una forma u otra, las imágenes no engañan: Cristiano estaba muy enfadado.
Nada más producirse la entrada, abrió los brazos pidiendo más y más, mirando a la grada y mostrando su asqueo por lo ocurrido. Mascullando hacia sí mismo, el luso choca las manos contra Benzemá como si más que una expulsión, celebrara un penalti pitado a su favor. A renglón seguido, sigue con su monólogo de palabras que aparentan no sonar muy bien.
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