La 'oficialización' del desencuentro entre Rooney y Sir Alex Ferguson no ha hecho más que dar el pistoletazo de salida a una carrera de rumores, noticias y desmentidos sobre el adiós del 'bad guy' de Old Trafford. Aunque la prensa británica señala e insiste en el Real Madrid como destino del crack, la opción del City toma fuerza. Serían palabras mayores. Manchester se prepara para vivir un caso de la más alta traición.
La alternativa tiene fuerza por muchos motivos, aunque tres son los principales.
1.- Ficha: Rooney cobra unas 90.000 libras (poco más de 102.000 euros) semanales en su actual equipo lo que supone un sueldo cercano a los nueve millones de euros por temporada. Su agente, según la versión de Ferguson, dejó claro a los directivos del Manchester que su representado aspira a ser el mejor pagado de la Premier con un salario que ronde los 14 millones de euros.
En el Bernabéu sólo Cristiano o Kaká se acerca a esa cantidad con nueve millones netos por año. No parece claro que Florentino y compañía estén dispuestos a pagar más al inglés que al resto. En el City la cosa pinta distinta. Allí sí que llegaría para ser la máxima estrella.
2.- Rescisión. Los contratos en la Premier no suelen tener cláusulas de rescisión. Toca negociar directamente con el club. Que haya divorcio entre United y Rooney no significa que lo vayan a regalar. Hay que sacar tajada y de la buena. El coste de mercado del delantero puede rondar los 50-60 millones una cantidad elevadísima que pocos clubs pueden o quieren afrontar.
La fortuna del jeque Mansour, dueño del City le permitiría afrontar un pago de semejante calibre. Su largo historial de derroches lo avalan. Uno de los últimos, el fichaje de Silva por 35 millones de euros.
3.- Entorno. No es que Rooney sea precisamente un jugador de cabeza tranquila, sosegada y poco dado a la juerga. Su mentalidad es sumamente inglesa y son muchos los que no le ven fuera de las Islas. Le costaría muchísimo adaptarse.
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