Luto en la familia rojiblanca. Se ha ido uno de los futbolistas más queridos por los aficionados del Atlético de Madrid en los últimos años. Pocos jugadores como él supieron entender tan bien la idiosincrasia del equipo madrileño, club al que defendió a capa y espada hasta los últimos días de su vida. Una larga enfermedad se ha llevado Juan Carlos Arteche, a los 53 años.
Nació en Santander, incluso jugó dos años en el equipo de su ciudad. Pero su nombre siempre estará vinculado en el mundo del fútbol al Atlético de Madrid. Allí llegó en 1978, donde fraguó una carrera culminada con los títulos de la Copa del Rey, en 1985, y una Supercopa de España, en el mismo año.
Le quedó la espina de no poder llevar al equipo colchonero a reinar en Europa. En 1986 estuvo a punto de conseguirlo, formó parte del equipo subcampeón de la Recopa, donde el Dinamo de Kiev le robó su sueño en la final, al imponerse por 3-0. Sus actuaciones en el club, le permitieron ser internacional en cuatro ocasiones con la selección española.
Nunca fue un virtuoso del balón, era un central sólido, de gran juego por alto, que apenas se complicaba. Pero es historia del Atlético de Madrid. Se trata de uno de los cinco futbolistas que más partidos ha disputado con la camiseta rojiblanca, 397 en total. Casi siempre salía desde el inicio como titular. Su compromiso con ese escudo le convirtió en un ídolo para la hinchada atlética.
El punto más negativo de su trayectoria fue su dolorosa salida del club en 1989, once años después de su llegada. Sus enfrentamientos con Jesús Gil acabaron provocando que tuviera que abanonar el club de su vida. Fue despedido, de manera improcedente, junto a otros tres compañeros. Desde entonces, se ha mostrado siempre como una de las cabezas visibles de la oposición a la familia Gil, dueña del club.
Sus restos mortales se encuentran en el Tanatorio de San Isidro, muy próximo a la que durante tantos años fue su casa: el estadio Vicente Calderón. El jueves 14 tendrá lugar la misa, a las 10:45 horas, para salir al Crematorio de La Almudena, donde sus restos mortales serán incinerados a las 11:50.
En sus últimas apariciones públicas, y a pesar de la enfermedad que arrastraba, se le vio feliz por las dos grandes victorias reciente del Atlético de Madrid: la Europa League conquistada en Hamburgo, y la Supercopa de Europa, frente al Inter de Milán. Ahora, allá donde esté, seguro que se emocionará al sentir el homenaje que la afición atlética, antes del partido ante el Getafe, le tributará este sábado en el Calderón, recordando que nunca olvidarán a aquél central de bigote que siempre será uno de los suyos. Descanse en paz.
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