Ocho goles han sido suficientes para que la selección española de fútbol levantase la Copa del Mundo 2010. El bagaje anotador no es muy abultado pero sí suficiente para ganar el trofeo más preciado del deporte. Por juego y ocasiones, España mereció anotar muchos más tantos. Sin embargo, cinco de los seis partidos que venció el grupo de Del Bosque lo hizo por la mínima y sólo en dos encuentros anotó más de un gol, ambos jugados en la fase de grupos. El resto de partidos, desde cuartos hasta la final, se saldaron con un escueto 1 a 0 a favor de 'La Roja'.
Empezó sin marcar España ante Suiza en el debut mundialista en un partido que supuso un antes y un después para el combinado nacional. El segundo partido, ante Honduras, se saldó con un 2 a 0 con dos goles de Villa, que llegó a fallar un penalti. El último partido de la fase de grupos acabó 2 a 1 para España con tantos de Iniesta y de Villa.
Fue el goleador asturiano quien catapultó a la selección a semifinales del Mundial 2010 ya que anotó el gol español ante Portugal en octavos y repitió gesta en cuartos ante Paraguay. Pese a la buena racha, Villa ya no volvería a marcar. Cedió el testigo en semifinales a Puyol, quien cabeceó a la red alemana el único tanto que subió al marcador.
Para la final ante Holanda, Iniesta tenía reservado un hueco de oro en la historia del deporte español. Un disparo suyo en el minuto 116 convirtió a España en campeón del mundo por primera vez e hizo justicia en un Mundial que fue dominado de principio a fin por 'La Roja', cuyo juego y saber estar sobre el campo se ha convertido en la carta de presentación de la mejor generación de futbolistas que ha dado el fútbol español.
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