El pulpo Paul pasará a la jubilación con su inmaculado currículum del 100 por cien de aciertos, aunque sin satisfacer la curiosidad universal en torno a cómo logra atinar tanto sus pronósticos, de dónde vino y qué dedica su tiempo libre. Ni consagrará sus tentáculos a avanzar resultados electorales ni se pondrá de nuevo al servicio del fútbol, siquiera para la próxima Eurocopa: los responsables del acuario Sea Life, de Oberhausen, anunciaron hoy que no habrá más pronósticos a cuenta del cefalópodo.
"Se jubila, les da a las gracias a todos. Fue un Mundial fantástico", comunicó un portavoz del acuario, dando así también por zanjadas las solicitudes llegadas de todo el mundo, del ámbito público o del doméstico, pidiendo sus servicios.Ocho aciertos sobre ocho pronósticos en este Mundial, incluida la victoria final de España frente a Holanda, forman un expediente impresionante, que han dado al pulpo una resonancia mediática jamás alcanzada por ningún representante del mundo animal.
Paul situó una anónima ciudad de la provincia renana, Oberhausen, en el "Breaking News" de la CNN y las últimas apariciones del armónico pulpo deslizando sus tentáculos por los contenedores con su banderita interior acapararon la atención de todo el planeta, inclusive países que no contaban en la disputa del Mundial. Tanto relieve mediático y nivel de infalibilidad ha tenido algún efecto negativo sobre aspectos intrínsecamente ligados al fútbol, como es el factor sorpresa.
Algún comentarista ha considerado que la afición intrusa -es decir, los millones que se unen a la ola mundialista, pero luego no miran más fútbol hasta cuatro años después- dejan de seguir las transmisiones. Si el pulpo dice que gana España uno puede irse a la cama en plena prórroga sabiendo que al día siguiente verá que efectivamente fue Iker Casillas quien levantó la Copa.
Es complejo aseverar si es así. Es cierto que para la semifinal España-Alemania, cuando aún estaba por comprobarse el nivel de infalibilidad de Paul, se alcanzó en Alemania un récord histórico de audiencia -31 millones de espectadores-, nivel que bajó a 21 millones en la final de consolación entre Alemania y Uruguay. Las opiniones están divididas: oficialmente, se atribuyó el bajón a la ola de calor que atenaza Alemania. Comentaristas de "Der Spiegel" y la televisión pública ARD, en cambio, advertían que tanta fe ciega en un pulpo podía matar la emoción.
1 comentario:
Menudo rollo el del pulpo.
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