Con apenas dos jornadas de Liga transcurridas, el público del Bernabéu se ha hecho oír. Porque no sólo cuentan los futbolistas con su juego, los presidentes con sus carteras y los entrenadores con sus libretas, la afición madridista evidenció su malestar el pasado sábado ante Osasuna.
Ganaron, sí, pero sin espectáculo, que es lo que reclama una afición a la que le han subido los abonos esta campaña un 30%. Hubo pitos, pocos, aunque audibles, para el juego del equipo en general (los destinatarios eran Pérez y Mourinho) y para Cristiano Ronaldo en particular por su individualismo.
Hay una parte de la grada que no parece dispuesta a tolerar más aspavientos al portugués, que fue silbado por falta de generosidad con sus compañeros, y algunos periodistas vaticinan un divorcio de la afición madridista con su máxima estrella.
EL APOYO DE LA AFICIÓN
“La energía que gasta el público en pitar es la misma que podría emplear en apoyarnos. No siempre los jugadores tenemos que estar jugando brillantemente para entusiasmar a los aficionados, los aficionados deberían entusiasmar a los jugadores”, respondió el de Madeira. Iker Casillas, el capitán, defendió al Bernabéu: “El público es soberano”.
La afición del Real Madrid ha dejado claro a su entrenador que no es resultadista y pese a llevarse tres puntos, que sumados al empate de la primera jornada les sitúa por encima del Barça, no es suficiente. Tampoco lo fue saber que los de Guardiola perdieron 2-0 contra el recién ascendido Hércules.
La afición de Chamartín está cansada. Son demasiados años de ver un juego flojo y desorganizado, que comparado con el del Barcelona y 'la Roja' chirría. Las cuentas saneadas que esgrime Florentino Pérez no valen sin títulos. Como ha apuntado el periodista de El País José Sámano, “con dinero te compras la cama, no los sueños”.
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